¿Os acordáis de que ayer dije que quería ir al bar de cereales de Madrid? Pues ya no quiero, que el de Londres fue atacado por manifestantes contra el aburguesamiento de los barrios del centro (el absurdo humano no tiene límites: cientos de personas unidas en contra de un bar de cereales, con pancartas y actitud violenta, con la idea de: "¡nooo, jamás admitiré un bar de cereales en mi barrio! ¡lo que me faltaba! ¡es indignante que alguien quiera comer cereales aquí!" jojojojojojo)